Esta es la historia de un sábado, de no importa qué mes… cantaba Ana Belén es su versión de 'El hombre del piano' de Billy Joel. Este post, es la historia de una agenda, de cómo un conjunto de hojas se transforma en un producto memorable.
El cuerpo de la agenda
Todo empieza con un susurro, una idea, una decisión que marcará el futuro de este objeto: la necesidad de crear agendas profesionales que acompañen a las personas en su día a día. En un rincón de nuestras oficinas, empezamos seleccionando el papel. No es una selección al azar. Cada hoja de este relato proviene de fuentes responsables. Este es el primer paso para crear un producto con un propósito claro.
Una vez definido su interior, diseñando gráficas pensadas para la usabilidad y comodidad del usuario, llega el momento de vestir esas páginas: el PU termosensible y el soporte papel, se unen en una armonía de texturas y colores. Cada material seleccionado para las cubiertas de las agendas es una promesa de durabilidad y calidad. Ya sea un acabado suave y moderno o uno más clásico y robusto, poco a poco el futuro de la agenda va cogiendo forma. El objetivo no es solo crear un producto, sino una pieza que se sienta bien al tacto, que huela a papel y que inspire confianza.
El alma de la agenda
Pero nuestra agenda no es solo un cuerpo de papel y cartón; necesita un alma. Aquí es donde empieza su historia, la que la hará única. Se trata del proceso de personalización, el momento en el que se le da vida. El toque Edeusto.
Un cliente, una empresa, una marca, ha imaginado un producto que hable por ellos. La agenda se convierte en su portavoz, en su embajador. El primer paso es marcar el logo de la empresa en la cubierta, el símbolo de su identidad. Con una personalización artesanal, con muchos años de experiencia detrás, la grabación en termograbado, película metálica o impresión digital hace que el logo se incruste en la portada. Ya no es una agenda cualquiera, ahora la agenda tiene un nombre, un apellido. Es el inicio de su identidad.
En su interior, las páginas se enriquecen con publicidad, información corporativa, mensajes inspiradores o gráficas logotipadas. Quizá una sección de la historia de la empresa, una página con sus valores, sus colores o un calendario con eventos especiales pueden servir como introducción publicitaria. Cada detalle está pensado para añadir valor, para que el usuario no solo la use, sino que la entienda y valore.
El valor de la agenda
¿Por qué es tan importante este proceso? Porque una agenda personalizada es más que un organizador de citas, eventos o tareas. Se convierte en un regalo de alto valor percibido. Es una herramienta de marketing duradera, que acompaña a su dueño durante 365 días. Cada vez que la persona la abre para anotar una cita, la marca está ahí. Es un recordatorio sutil, elegante y efectivo.
Una agenda de Ediciones Deusto, pensada y personalizada, es un acto de respeto hacia el cliente o empleado que la recibe. Demuestra cuidado, atención y un compromiso con la calidad. Un ancla que nos ayuda a mantener el foco.
Y así, lo que empezó siendo un simple conjunto de hojas de papel, se transforma en un objeto con identidad, listo para ser utilizado, apreciado y recordado. Su historia, no ha hecho más que empezar. ¿Te atreves a crear la tuya?
Mi nombre es Naiara. Soy Licenciada en Comunicación Audiovisual y tengo un Máster en Periodismo Multimedia. En la actualidad, mi trabajo se centra en el Diseño Gráfico, el Marketing y el análisis y gestión de pedidos de Agendas & Cuadernos en Edeusto. Gracias por pasarte por nuestro blog, os animo a que compartáis las entradas y a que nos dejéis vuestras impresiones. ¡Nos leemos!
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